Se hace por la diversidad de elementos que constituyen
la letra: el asta o elemento necesario y el remate o terminal,
que es un elemento casi exclusivamente decorativo.
Su particularidad estilística extriba en la
desigualdad de espesor en el asta dentro
de una misma letra, en la modulación
de la misma y en la forma triangular
y cóncava del remate.
Hemos de considerar el llamado Romano
de Transición, derivado del antiguo pero
con marcada tendencia a modular más las
astas y a contrastarlas con los remates,
que dejan la forma triangular para adoptar
la cóncava o la horizontal. Esta evolución
se verificó, principalmente, a finales
del siglo XVII y hasta mediados
del XVIII, por obra de Grandjean,
Fournier y Baskerville.
Derivado del Antiguo. Son los caracteres
rígidos y armoniosos de terminal recto
y fino, siempre del mismo grueso
y de asta muy contrastada con él.
Tiene el asta uniforme y el remate
rectangular: entre el asta y el remate
no suele haber diferencia sensible
de espesor. Estos tipos, en sus
variedades, se difundieron
a partir de 1820.
De asta ordinariamente uniforme
en el grueso y sin terminal.